La veu dels seus amos

Atenció a l'article publicat a la Vanguardia:

'Un informe revela que la violencia callejera en Cataluña responde a un proyecto de "liberación nacional" y "revolución social"

La mano que mece la trama - La Vanguardia - 03.30 horas - 04/02/2002

· Sindicalismo independentista - Carles Castro - Barcelona

Hay una mano oculta que instiga la violencia callejera que se viene expresando esporádicamente en Cataluña? ¿Existen colectivos que trabajan de forma consciente para "hacer posible que el oasis catalán se tambalee", como así se reconoce en una publicación de signo radical? La respuesta, por asombroso que parezca, es que sí, a juicio de los autores de un estudio sobre la "unificación del independentismo radical catalán", vinculados a la Asociación Víctimas del Terrorismo.

De hecho, una publicación nacida en abril de 1999 como "foro de debate de la unificación independentista a todos los niveles" -la revista "Poble Insurgent"- anuncia que la violencia política irá "acompañada de una reflexión previa" y será "fruto de una decisión racional". Y ese mismo año, el Partit Socialista d'Alliberament Nacional (PSAN) advierte una vez más que "una nación oprimida tiene el derecho a utilizar todas las formas de lucha para conseguir su liberación".

Las fechas son importantes, según el informe citado, porque coinciden con un incremento de las acciones de la violencia callejera en Cataluña, cuya primera manifestación alarmante se produce el 12 de octubre de 1999 en el barrio barcelonés de Sants. Ahora bien, las coincidencias de calendario van aún más allá, ya que ese incremento de la violencia se produce en paralelo a un proceso de unificación del independentismo extraparlamentario, que hasta 1998 permanecía dividido en torno a dos estrategias irreconciliables: la del "front patriòtic" y la de "unitat popular".

La primera (impulsada por el PSAN oficial) propone una alianza con las fuerzas nacionalistas "burguesas" -que incluya a los sectores soberanistas de CiU- para conseguir la independencia. Por el contrario, la segunda (vinculada al PSAN provisional) quiere convertir la independencia en un proceso simultáneo de revolución social mediante de una estrategia de lucha de clases y de movilización de masas. Esa estrategia supone, además, alianzas con la extrema izquierda residual.Por supuesto, se trata de estrategias sobre el papel, pero que han sostenido una dura pugna que finalmente, y según el informe al que ha tenido acceso este diario, se ha resuelto en favor de la segunda: la estrategia de "unitat popular". Es decir, la sustitución de la "independencia en abstracto" por un proyecto de liberación nacional que prefigure "un nuevo modelo de sociedad" dirigida "al conjunto de las clases populares catalanas".

¿Cuáles son las implicaciones de ese desenlace? La primera es muy elocuente: ha resultado ganador el sector independentista que ha mantenido siempre "relaciones más directas con ETA". La segunda implicación consiste en que se otorga un "decisivo papel a las reivindicaciones sociales, laborales y juveniles" y se "pone en primer plano el trabajo con las centrales sindicales afines, sindicatos de estudiantes y organizaciones sociales", ya que el movimiento -que admite su carácter "marginal"- no reúne más que a unos pocos centenares de personas.

Esta estrategia explicaría la unificación de las distintas formaciones que trabajan en un mismo ámbito, así como la confluencia de organizaciones sociales que se proclaman plurales -como Ustec, "con más de 10.000 afiliados y amplia representación en la docencia pública y la Administración autonómica"- con otras instancias sindicales, cuyo objetivo último sería crear un sindicato independentista semejante a LAB, la central ligada a Batasuna.

Finalmente, el reagrupamiento del independentismo en torno a una estrategia de "unitat popular", vinculada a "'los intereses y las luchas populares', explicaría los criterios en la selección de los objetivos de los terroristas catalanes, que concuerdan conceptualmente con el desarrollo (y la estrategia) del sindicalismo radical : ETT, bancos, cajas de ahorro", etcétera. Eso sí, según el informe mencionado, la violencia que se expresa últimamente en Cataluña "no procede tanto del nacionalismo sino de cierta extrema izquierda" que ha confluido con el independentismo radical, lo que explicaría el papel de "grupos marginales, como el colectivo okupa".

En suma, el terrorismo de baja intensidad que se expresa en Cataluña -aunque menos desde el 11-S- formaría parte de un delirante proyecto de construcción de un "contrapoder popular" (político, sindical y militar) orientado a crear el "embrión de un nuevo Estado catalán revolucionario". '

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